Zona Ambiental

Así es como los mexicanos aprovechan el PET para producir calzado

Sara Sacal Rayek es una joven mexicana, emprendedora egresada de la Universidad Iberoamericana, de la licenciatura en Relaciones Internacionales, ella es la creadora de la marca Jhoga, una microempresa dedicada a la fabricación de calzado con PET ( tereftalato de polietileno).

Su primera temporada consta de tres modelos y veinte pares de zapatos, la segunda temporada ya está en proceso y constará de dos modelos y treinta pares de zapatos. Jhoga es una palabra de origen otomí, que significa: alegría y felicidad. Su pequeña fábrica se localiza en San Mateo Atenco.

Además de calzado hecho a base de tela fabricada con PET, Sara Sacal también está desarrollando una línea de bolsas de piel sintética reciclada que incorpora los bordados de la comunidad indígena de San Mateo. El reto principal es lograr que ese PET y piel sintética reciclados puedan unirse para formar cosas que sean a la vez bellas y funcionales.

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Las universidades en la actualidad tienen el compromiso de formar jóvenes que sean agentes de cambio, y lo que Sara pretende, es tener un impacto social positivo en su sociedad, y lo está logrando, prueba de ello es que ha obtenido el Premio Emprendedor Ibero por su proyecto catalogado como organización sin fin de lucro.

Otro mexicano que ha buscado hacer algo diferente en la industria del calzado es Jorge Castro,heredero de una familia de zapateros que son dueños de Calzado Castelo, Jorge soñaba desde niño en que hubiera un método más amigable con el medio ambiente para la producción de zapatos.

El aroma penetrante de los químicos y los pegamentos, le hacía pensar que algo tenía que hacerse de manera distinta. Ahora ya no es un niño, y está al frente de la empresa familiar, durante cuatro años desarrolló una idea para generar calzado que tuviera las tres R (Reutilizar, Reciclar, Reducir), y finalmente dio en el clavo y lanzó su colección Renovare en abril de 2014.

Calzado Castelo utiliza 7.5 botellas de PET para hacer un par de zapatos para dama y 15 botellas para hacer un par de caballero. El resultado es un calzado resistente, transpirable, que no guarda olores y se adapta al pie de quien lo usa, y además, cuando termina su vida útil puede reintegrarse a la línea de producción y ser otra vez un zapato que calce los pies de alguien.

El proceso utilizado por Jorge hace que sus zapatos estén construidos en un 95% por material reciclado y solo un 5% de material sintético y de despunte. Botellas de PET hay muchas, y mexicanos con ingenio también, los de hoy se han propuesto hacer algo que esté «a la altura del betún», es decir, a los pies de los mexicanos, y aparentemente, lo están logrando.

Más información | Jhoga | Calzado Castelo

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