EL MUSEO DEL FERROCARRIL MUESTRA LA IMPORTANCIA DE SLP EN LA AVIACIÓN
Desde el pasado 19 de marzo a el Museo del Ferrocarril “Jesús García Corona, con el apoyo del Club Aéreo Potosino, abrió al público interesante exposición “La Aviación en San Luis Potosí”, que muestra una amplia serie de fotografías que tienen qué ver con la importancia de nuestra ciudad Capital para el inicio y el desarrollo de la aviación en México.
La idea de montar esta exposición surge del arquitecto Rodolfo Acevedo, director de ese recinto cultural, quien invitó desarrollar el proyecto a los integrantes del Club Aéreo de San Luis, refiere José Luis Martínez López, Presidente de esa asociación civil, quien tomó la propuesta con mucho agrado, señalando que ese museo debería abrirse a las comunicaciones en general, como lo expresan los murales del artista mexicano Fernando Leal, donde muestra “desde los burritos, las calesas, la diligencia, los trenes, el camión, el tren, el barco y el avión”.
Con esa idea, señala el entrevistado, se pidió montar una pequeña exposición, “que ha resultado muy grande, pues ha gustado mucha la gente, por lo que del proyecto inicial de una vigencia de 4 meses, se piensa ampliar el tiempo de exhibición, por lo que ahora se trata de llevar a ese museo un avión de 8 plazas.
La intención, señala el señor José Luis Martínez, es que los niños vean y conozcan cómo es un avión por dentro; se sienten dentro de él, vean el tablero y sus instrumentos, y para ello se está gestionando con la administración del aeropuerto que deje salir el avión, que es particular, pero se requiere la autorización de parte de la Operadora Mexicana de Aeropuertos.
Sobre la orientación de la museografía, comenta, se quiso enfatizar en la historia de la aviación, dentro de la cual San Luis Potosí “ha sido un estado pionero, pues tenemos aquí a la primera aviatriz mexicana, María Marcos Cedillo, sobrina del general Saturnino Cedillo, quien fuera gobernador del Estado e instituyera la primera escuela de aviación en esta ciudad, donde estudió su sobrina, quien piloteaba un avión tipo Abro, al que se le puso el nombre del Ángel del Infierno, en el cual encontró la muerte.
Precisamente en el lugar donde se impactó el avión, hoy existe un monumento a su memoria, y se localiza exactamente detrás de la tienda de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, dentro de una casa.
La temática de la exposición está dividida en Historia de la Aviación; Aviación Potosina; Aviación Comercial; Aviación deportiva; Aviación Militar, y hasta el final se instaló un espacio dedicado a la era espacial, y lo que ahora son los transbordadores, y entre las piezas en exhibición se cuenta con fotografías, rodelas, llantas de avión, hélices, motores y piezas diversas que integran un avión.
Además se cuenta con dos simuladores: El primero de ellos es una cabina donde se entrenan los pilotos y la gente puede subirse y pilotear un avión de manera virtual, sin ningún riesgo.
También se muestra otro simulador, que pareciera un videojuego, pero cuenta con controles idénticos a los que se encontrarían en la cabina de un avión real, mientras que la cabina cuenta con controles e instrumentos de vuelo, y quien visita la exposición puede utilizarlos gratuitamente.
Durante la charla, el entrevistado recuerda que su padre fue parte del escuadrón 201, un michoacano, al igual que él, “pero ya más potosino que las tunas”, y a al tiempo confirma que también hubo un potosino en las filas de ese laureado escuadrón que participó en la Segunda Guerra Mundial, de quien próximamente, advierte, se incorporará una ficha técnica para esta exposición.
Al tiempo, el entrevistado toma los controles del simulador que pareciera video juego y aclara que el avión en tierra se controla únicamente con los pedales; ya tomando el vuelo, los pedales también pueden hacer las veces del timón de bastón.
Por lo que se refiere a la cabina simuladora, ésta es propiedad de la empresa Aeromarmi, y es utilizada para capacitar durante 6 a 8 meses a sus pilotos, aunque para los visitantes a la expo, en sólo 5 minutos se les explica lo más básico para despegar y realizar un corto vuelo.
José Luis Martínez comenta emocionado que dentro de la sala de exposición hay aviones de control remoto, “y muchas cosas por mostrar y por las cuales San Luis Potosí debe de estar orgulloso, por ser pionero de la aviación”, como uniformes militares; trajes de vuelo; cascos; pistones; revistas; una pala de helicóptero; uniformes de gala de la fuerza aérea y muchas piezas más.
De pronto, llegamos frente a una fotografía donde aparece el padre del entrevistado, en formación con el Escuadrón 201.
Frente a la imagen, un tanto contrariado nos comenta: “Mucha gente dice que el Escuadrón 201 no entró en acción; es mentira, porque si cumplieron muchas misiones, tanto en aire como en tierra y en combate. A este grupo le tocó ir a las islas Filipinas, donde tuvieron que repeler ataques del ejército japonés”, afirma un tanto emocionado.
Otro aspecto poco conocido, comenta, es la existencia de una fábrica de aviones pequeños en San Luis Potosí, los cuales se utilizan para reconocimiento, abastecimiento y transporte de personal, entre otras actividades.
“Esta fábrica se localizaba donde ahora se ubica la Plaza Sendero, por la carretera 57 y lo que ahora es la avenida José de Gálvez, que en esa época se utilizaba como pista. La Lockeed-Azcárate le vendió muchos de estos aviones a la Fuerza Aérea Mexicana”, y de ella, se muestran fotografías de su línea de producción, además de que dentro de la exposición se encuentra la placa del primer avión producido ahí, y dentro de los planes, se espera contar también con uno de esos aviones para mostrarlo a los potosinos.
Sobre la forma en que los potosinos han recibido esta muestra José Luis Martínez señala que la respuesta ha sido muy buena, y por ello la exposición se extenderá más de los 4 meses inicialmente proyectados. Todos los días se reciben escuelas y hay niños que se sorprenden de ver de cerca todo lo que representa un avión, lo cual para el presidente del Club Aéreo de San Luis Potosí es una emoción indescriptible.
Y la emoción crece, cuando recuerda la visita de un grupo de visitantes, débiles visuales, a quienes la exposición les resultó una experiencia inolvidable, pues tuvieron oportunidad de tocar todas las piezas de la muestra, “lo que es para alegrar el corazón”.
Esta, y otras exposiciones se pueden visitar en el Museo del Ferrocarril en sus horarios de martes a sábados de 10:00 a 18:00, y domingos de 10:00 a 16:00 horas.