Guía práctica para conocer el estado de salud de tus plantas
Las plantas son parte de la Naturaleza pero también, desde tiempos remotos, son compañeras imprescindibles de nuestra vida cotidiana. Del ornato a la utilidad culinaria, del complemento estético a la fragancia con que inundan un espacio, las plantas están ahí para, en un vistazo de contemplación imprevisible, descubrirnos en ese instante la perfección natural.
Sin embargo, esta “domesticación”, este paso de su hábitat a nuestras casas, lugares de trabajo, plazas pública y más, no siempre resulta indemne, en especial porque ahí en la Naturaleza encuentran orgánicamente todo aquello que nosotros tenemos que procurarles suplementariamente. De ahí que, en ocasiones, una planta a nuestro cuidado no nos muestre su mejor aspecto, a pesar de que creemos que le damos todo lo que necesita.
Esta infográfico que ahora compartimos es una guía abreviada de las carencias más comunes en las plantas caseras y la manera en que estas pueden detectarse con tan solo revisar sus hojas. A la hoja verde y firme del bienestar pueden oponerse hojas amarillentas, pálidas, con dificultad evidente para desarrollarse y más.
Pero una vez que nos dimos cuenta de esto, ¿qué hacer?
Bueno, para la falta de calcio se recomienda triturar cascarones de huevo y enterrar ese polvo cerca de las raíces.
Para la falta de potasio, una infusión de cáscaras de plátano, la cual se consigue hirviendo las cáscaras de entre 4 y 6 plátanos (dependiendo del tamaño) en 1 litro de agua hasta que el líquido se reduzca un poco.
En cuanto a la falta de hierro, magnesio, nitrógeno, fósforo y azufre, basta con una buena porción de composta orgánica.
Por último, si tu planta tiene pulgones, el sitio La Bioguía aconseja utilizar infusión de ajo pulverizado, la cual puede obtenerse hirviendo entre 6 y 8 dientes de ajo en un 1 litro de agua hasta reducir un poco; la infusión se cuela y se aplica directamente sobre las hojas (con ayuda de un atomizador) y también sobre el suelo donde se encuentra la planta.
Desafortunadamente desconocemos al autor de tan práctica síntesis, aunque ello no nos exime de reconocerlo y agradecer su trabajo.