Replanteando la energía eólica
El cuidado del medio ambiente se ha convertido en tema principal de la agenda mundial, y sin duda una de las cuestiones que más preocupa es la generación de energía limpia. En este ámbito la energía eólica es la que más se usa, pero todavía le falta. Razón por la que una empresa norteamericana busca una nueva forma de presentarla.
Altaeros Energies es una empresa fundada en 2010 en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) que busca innovar en el campo de las energías ‘verdes’. Para ello ha presentado su prototipo “Buoyant Airborne Turbine” o BAT, para hacerlo más corto, una turbina flotante que busca llevar energía limpia a lugares remotos por un costo muy reducido.
Se trata de una turbina de tres aspas resguardada por una coraza de tela industrial que se infla con helio para que pueda llegar a altitudes que los generadores normales, esos “ventiladores” gigantes que se ven en muchos campos abiertos en Europa, no pueden alcanzar. Este sistema se conecta a un generador ubicado en tierra, éste recibe la electricidad generada por el viento y a su vez controla los movimientos del aparato. El sistema completo puede ser montado en menos de 24 horas.
De acuerdo con la gente de Altaeros, esta es la primera turbina comercial de gran altitud y significativamente más eficiente que sus hermanas terrestres. Esto se debe a que los vientos que se encuentran en altitudes mayores, son más fuertes y consistentes por lo que producen el doble y hasta el triple de energía, dependiendo de la altitud de vuelo.
Las ventajas que ofrece este sistema, además de la llegada de energía a bajo precio a territorios remotos o a lugares donde haya sucedido una catástrofe, es la posibilidad de instalar cámaras y equipos científicos o de comunicación. De esta forma, las áreas mencionadas no solo tendrían un generador de energía, también contarían con redes de telefonía y de internet, y hasta datos sobre el clima.
Ben Glass, CEO de Altaeros Energies, dice que el BAT es “una nueva manera de ofrecer poder eólico a millones de nuevos clientes alrededor del mundo”. De esta manera se reduce el impacto generado por las turbinas de viento comunes en humanos y en la vida silvestre, además del impacto ambiental generado por combustibles fósiles y otro tipo de energías.
A finales de 2013 la capacidad mundial instalada de energía eólica generó 318 Gigavolts. Anualmente la capacidad de la misma aumenta en 20%.